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Re: Usos de la 'tele' (Era: Re: [escepticos] *** cabreado con C.S.I.)



Hola, hola

> [J.L.] Depende. Normalmente es horrorosa, pero a veces te da
> sorpresas como la entrevista que anoche le hicieron en El Tercer
> Grado en la 2 al polémico historiador Pío Mora y que sospecho que
> nadie más vio porque si no estaríamos hablando de la Guerra Civil de
> 1936-39 y las afirmaciones que sobre ella realizó como que la
> principal responsabilidad del conflicto recae en Niceto Alcalá-Zamora
> y en Largo Caballero.

Vaya, no lo vi. Que opinion te merece?

Por cierto, estoy leyendo la "La Guerra Civil Espa~ola" de Hugh 
Thomas. Agradeceria cualquier comentario, en particular lecturas 
complementarias.

Chau,

Carlitos

-=-=-=-

http://www.el-mundo.es/2001/11/22/cultura/1075063.html

«Cada día es más difícil entender el origen de la Guerra Civil», 
asegura Hugh Thomas 

Cuarenta años después, se reedita la obra clave del historiador sobre 
la contienda 

BORJA HERMOSO 

MADRID. Hugh Thomas (Windsor, 1931) sostiene que ser primero laborista 
y luego conservador y luego liberal, y no haber cambiado de chaqueta, 
es posible. Y puede que, en el fondo, en el fondo, lo sea. Cuestión de 
honestidad con uno mismo, se supone.
Y sostiene también que su valoración de la Guerra Civil Española 
materia de la que pocos estudiosos saben más no ha variado un ápice 
por culpa de ese viaje ideológico, «porque siempre he sido respetuoso 
con la Historia». Ahora, Grijalbo-Mondadori reedita en dos tomos, 40 
años después de su publicación, La Guerra Civil Española, 
indispensable libro de referencia sobre la contienda.

Viajar, viajar, Hugh Thomas ha viajado. Del ala derecha del laborismo 
pasó al ala templada del thatcherismo, y acabó dirigiendo a 
requerimiento de la dama de hierro el Centro de Estudios Políticos de 
Londres, dejando muy aparcadas en el tiempo sus relaciones de amistad 
con gente como Roy Jenkins, otro desencantado del giro izquierdista 
experimentado por el laborismo británico en los 80. Hoy, Thomas es 
miembro de la Cámara de los Lores.

Ayer, Hugh Thomas presentó en Madrid esta nueva entrega editorial de 
su obra cumbre; lo hizo por la mañana ante los medios de comunicación 
y por la tarde ante el público reunido en el Círculo de Bellas Artes, 
donde pronunció una larguísima conferencia de 15 folios titulada Mi 
Guerra Civil, 40 años después.

La mayor tragedia

En ambas ocasiones, el autor de La conquista de México habló de los 
orígenes, protagonistas, incidencias, amistades, odios y consecuencias 
de lo que él llama «la tragedia más grande de la historia de España». 
Aunque en cuanto a los orígenes, la cosa no está nada clara para él (y 
si no lo está para él, no digamos para los demás): «Es cierto, yo 
comprendo bien todo lo que ocurrió, pero no por qué ocurrió; el origen 
de la Guerra Civil Española es cada día más difícil de entender», 
dijo.

Thomas cree que, en la España de hoy, las relaciones entre clases son 
«bastante buenas, porque este es un país de tolerancia, y más o menos 
aquello de las dos españas ya desapareció». Sin embargo, asegura no 
ser capaz de imaginar «lo que ocurrió en aquellos años, entre 1931 y 
1936».

De lo que sí es siempre capaz, y ayer también lo fue, es de contar la 
Historia no sólo a través de la erudición algo que tiene acreditado 
desde hace años a través de una obra reconocida sino también mediante 
algunas definiciones de impacto.

Fascista simpático

Por ejemplo, se le pregunta a Hugh Thomas sobre José Antonio Primo de 
Rivera y contesta hiperbritánico y cortés desde debajo de su melena 
blanca: «Fue el más simpático de los fascistas europeos».Y si se le 
pregunta por el fascismo a secas, el profesor salta: «Fue una rebelión 
de la juventud». ¿Franco?: «Un tipo evasivo, como todos los gallegos». 
¿Azaña?: «Un hombre de Estado elocuente y eficaz en tiempos de paz, 
pero nada idóneo en tiempos de guerra».

Esta reedición de La Guerra Civil Española no arroja grandes cambios 
en su contenido con respecto a la versión de hace cuatro décadas. Hugh 
Thomas explica: «He introducido pequeños cambios sobre las relaciones 
entre el Partido Comunista y la URSS, o sobre los sucesos en Andalucía 
tras la conquista de los nacionales».

El autor británico también reflexionó ayer sobre diversas cuestiones 
de actualidad: se mostró «totalmente favorable» a las conversaciones 
entre Madrid y Londres sobre Gibraltar; alabó «el importante papel de 
la Monarquía española»; condenó sin reservas el uso de la fuerza para 
defender unas ideas (y por lo tanto, a ETA), y en cuanto a la guerra 
de Afganistán, admitió: «Yo me oponía, y el éxito ha sido una sorpresa 
para mí».