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[escepticos] artículo magufo en el periódico Metro



Metro es un diario gratuito que se reparte en Madrid (no sé si en otras ciudades) por las 
mañanas. Atentos al último párrafo.

http://mad.metrospain.com/sx.asp?seccion=27

Miguel Torres
Periodista 

El hermano chimpancé 

Los chimpancés están de moda. El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Técnica y 
Científica a la doctora británica Jane Goodall por sus estudios sobre el simpático primate y 
su importancia ?para comprender las raíces del comportamiento y la cultura humanas?, 
unido al gran parecido genético, de un 98 %, entre el hombre y el chimpancé, han vuelto a 
abrir el debate sobre la evolución de las especies. Desde que hace siglo y medio Darwin 
dio a luz la teoría de la evolución, el mundo religioso ha luchado para defender el origen 
divino del hombre, base de las religiones, frente al mundo científico, que nos presentaba 
como monos evolucionados mediante la selección natural. Lo mucho que ha avanzado la 
ciencia durante estos años permite sospechar que ambas posturas pueden ser compatibles.

Algo debió ocurrir para que el primitivo homo sapiens, que sucedió al homo erectus y 
durante miles de años convivió con el hombre del Neandertal dedicado a la caza y al 
trabajo de la piedra, de repente se convirtiera en el homo sapiens sapiens que creaba 
civilizaciones en Sumeria y Egipto, tenía sólidos conocimientos de matemáticas, de 
geometría y de astronomía; predecía los eclipses solares, las fases de la Luna y los 
movimientos de los planetas; dividía el año en doce meses lunares, conocía que la Tierra 
giraba alrededor del Sol, realizaba impresionantes obras de ingeniería; dejaba huellas 
memorables de arquitectura, fundía metales y, además, nos dejó constancia de su historia 
en relatos escritos. El cerebro humano es complejo y el lenguaje es un salto demasiado 
espectacular para explicarlo sólo con la teoría de la evolución de las especies.

Todas las religiones tienen su mitología y en ellas hay varios dioses, o un solo dios, que 
crean e instruyen al hombre, quien aspira a ser él también inmortal, como sus dioses. ?¡La 
puerta del cielo está abierta!?, dice el libro que dirigía a los faraones en el último viaje. En 
la Biblia, Yahveh da instrucciones a Moisés mediante el Arca de la Alianza, un instrumento 
entre mágico y terrible que propicia las victorias de Israel. Gilgamés, en su epopeya, 
contempla la morada de los dioses en lo que hoy parece ser el Líbano. En los relatos 
mitológicos mesopotámicos y egipcios, y en la Biblia, coinciden pasajes que más bien 
parecen la narración de batallas y viajes espaciales y de seres superiores que bajan a la 
Tierra a instruir al hombre.

Es muy posible que ese exiguo 2% genético que nos separa de los chimpancés, cuyo 
comportamiento ha estudiado la doctora Goodall, sea perfectamente compatible con el 
soplo mágico, desconocido, germen y deseo de eternidad, que un día cayó sobre un 
primate evolucionado y le insuflara las capacidades y los conocimientos que han hecho 
posible la historia de la humanidad. En todas las mitologías, en un momento determinado, 
el poder pasa de los dioses a los hombres, como en una clonación, y los hombres tienen el 
vago sueño de Atlántidas perdidas y de seres poderosos que les mostraron el camino.