[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]
[escepticos] Trampa en el Cyberespacio [Parte 1,5 de 2]
[<-]
Lo peor es que no hay ninguna toma de responsabilidad por los daños
que el software pueda producir. De nuevo, es razonable que usted no
pueda llevar a juicio a un cantante porque el último CD tecno que
comprara su hijo provocara una disputa familiar en el curso de la cual
se rompiera un jarrón chino valiosísimo. Pero es perfectamente
inaceptable que usted se quede indefenso si pierde 200 Mb de datos
comerciales muy valiosos de su disco duro a causa del vetusto sistema
de archivos de Windows 95 y de su horripilante programa ScanDiskSobre
todo sabiendo que podría probar muy fácilmente delante de un tribunal
que los conocimientos técnicos necesarios para realizar un producto
ampliamente superior, gracias al cual no hubiera perdido sus datos,
son de dominio público desde los años 70, y que el código mismo que
implementa estas técnicas en el Unix de AT&T ha sido comprada por
Microsoft. Pero en cambio, sí que puede arrastrar ante la justicia a
su electricista si éste le instala cables eléctricos en los zócalos de
madera de su apartamento[+].
Finalmente, una consecuencia muy grave de esta impunidad es que el
``editor'' de software no está de ninguna manera obligado, desde el
punto de vista legal, a corregir los errores reconocidos y
documentados, aún cuando esos fallos sean voluntarios. Dicho de otra
manera, el ``editor'' de software es libre de venderle a usted lo que
a él le parezca, o mejor dicho, aquello que su departamento
publicitario le haga creer que compra, sin ninguna obligación de
resultados, y sin que usted tenga el menor recurso, aún en caso de
mala fe manifiesta. Peor aún, puede ocurrir que le hagan pagar por las
versiones de ``actualización'', que son en realidad correcciones de
defectos, a precios tan caros como el producto original.
Además, este status jurídico tan sorprendente, estaba probablemente
justificado cuando los programas eran escritos por un ingeniero en su
garage, pero es absolutamente aberrante hoy en día. Ahora nos
encontramos con multinacionales del software cuyas finanzas son
colosales, y no dan provecho a todos los editores de software sino
solamente a los más poderosos. Está claro que una gran empresa puede y
debe obligar a un prestatario de servicios informáticos a firmar un
contrato contrayendo obligaciones de resultados y conteniendo
cláusulas de garantía, pero por desgracia, esto no está al alcance del
consumidor, ni de la mayoría de las empresas, cuando el editor de
software en cuestión tiene la capacidad financiera suficiente para
comprar o destruir su empresa en algunas semanas.
Me imagino que en este momento, al igual que nuestro joven ejecutivo
dinámico de hace un rato, usted comenzará a sentirse menos cómodo: el
cyberespacio encantado comienza a mostrar sus costados poco
agradables, y esta maravillosa empresa filantrópica que ha sido
siempre presentada como el súmmum de la tecnología informática y del
éxito del libre mercado comienza a parecer cada vez menos
filantrópica. Desafortunadamente, estamos solamente en el principio de
nuestro paseo por el lado oscuro del planeta Microsoft, y todavía no
hemos llegado a lo mejor.
Los fabricantes atrapados en la trampa
La posición de monopolio de Microsoft le permite también
desembarazarse con facilidad de las otras posibles fuentes de costo
para la comercialización del software: la asistencia técnica y la
distribución. Para la primera, podríamos imaginarnos que aunque el
editor no esté legalmente obligado a ayudarle a instalar su software,
se encontrará obligado a hacerlo para no perder los clientes. No se
preocupe, Microsoft tiene la solución: es suficiente leer unas frases
que se encuentran en la licencia de Windows 95 de la cual reproduzco
aquí un extracto:
6. SOPORTE TÉCNICO. El soporte técnico para el PRODUCTO SOFTWARE no
es proporcionado por Microsoft Corporation o sus subsidiarias. Para
obtener soporte técnico, remítase al número de soporte del
Fabricante de PC suministrado en la documentación para la
computadora (ordenador). Si tiene dudas con respecto a este CLUF
(``Contrato de Licencia para el Usuario Final''), o si desea
comunicarse con el Fabricante de PC por cualquier otra razón,
remítase a la dirección proporcionada en la documentación de la
COMPUTADORA/ORDENADOR.
Astutos, verdad? Se hace responsable de todo al fabricante de la
computadora, el cual no tiene nada que ver con DeFrag pantallas azules
y demás desastres, pero acaba pagando las consecuencias financieras de
esos errores (y yo sabré algo de eso, vista la cantidad de veces que
traté inútilmente de comunicarme con el servicio de asistencia
telefónica para la instalación de Windows, siempre para el portátil de
la marca japonesa que no he revelado más arriba y que todavía ocultaré
aquí). Si Windows 95 no estuviera en posición de monopolio, los
fabricantes de computadoras se librarían con mucho gusto de este tipo
de acuerdos.
Para la distribución del software es la misma historia. De nuevo son
los fabricantes, ensambladores y revendedores de computadoras los que
pagan el costo: ellos deben preinstalar Windows 95 en las máquinas.
Pero hoy existe algo aún mejor que es la distribución del programa por
Internet sin ningún soporte material. Esto es un golpe genial: usted
paga por un programa y después paga el gasto de obtenerlo por la red
(y qué gasto, con el tamaño de un Microsoft Office en nuestros días),
reduciendo efectivamente el costo total de la copia y distribución por
el ``editor'' a exactamente cero francos. Y se pregunta por qué un
cierto presidente de un cierto país del otro lado del atlántico ha
sugerido firmemente liberar completamente de impuestos al comercio
informático? Bien, aquí tiene una parte de la respuesta!
En resúmen, si hoy uno se llama Microsoft, y solamente si se llama
Microsoft, puede vender más o menos cualquier cosa, sin obligación de
resultado y sin temor a ser demandado. Todo esto con un costo unitario
nulo, y a un precio al público que no baja jamás[+], y que se traduce
en beneficio puro[+]. Falta comprender por qué no solamente el gran
público, que no conoce nada de computadoras, sino también las grandes
empresas, los gobiernos y los medios (que deberían disponer de
servicios informáticos altamente calificados), no utilizan su libertad
de elegir otra cosa que los productos Microsoft. Para responder a esta
pregunta no es suficiente culpar a los mercanchifles de la prensa que
se dice especializada, aún cuando su parte de responsabilidad es bien
evidente. Deberemos llevar a cabo una exploración más profunda de la
cara oculta de este gigante, para comenzar a descubrir ciertas
prácticas dudosas que rozan frecuentemente la ilegalidad, y que con
mucho desagrado encuentro que no son comentadas en ninguna parte del
panorama mediático [francés], salvo en algunos pequeños folletos
satíricos efímeros que no son ciertamente la lectura preferida de los
altos responsables de las empresas[+].
El país de los tecnocretinos...
Para ver la cosa más clara, olvidemos por un instante las
computadoras, el software y todo eso. Siempre hemos estado
condicionados a considerar estas cosas como útiles pero difíciles, es
decir, a renunciar a formarnos una opinión personal acerca de este
tema. Nos han dicho que es demasiado complejo y que debemos limitarnos
a seguir la sabia elección de los que se dicen expertos (por ejemplo,
la revista americana Byte, de gran difusión, tiene en su logotipo la
leyenda ``Byte, because the experts decide''--Byte, porque los
expertos deciden).
Dejemos de lado por un instante a los expertos, para ir a ver lo que
pasa en el mundo paralelo imaginario de los TecnoCretinos, en el que
una empresa llamada MacroPrensa obtiene poco a poco el control
absoluto de todas las imprentas del planeta. Esta no controla
directamente los periódicos, pero es la que los imprime con los
caracteres MacroPrensa, de los cuales es la única propietaria. Un buen
día, tras una gran campaña publicitaria alabando las bondades de un
nuevo juego de caracteres que permitirá obtener periódicos más
modernos, esta empresa comienza a imprimir todo con caracteres
klingonianos (el alfabeto de los Klingons en la famosa serie
StarTrek). De esta manera, nadie más puede leer los nuevos libros o
periódicos sin recurrir a la Lupa de la MacroPrensa, disponible a la
venta en todos los kioscos, donde es distribuída con cargo a los
editores de periódicos. El público, encantado de la maravillosa
novedad tecnológica, se adapta y compra la Lupa. Envalentonados por el
éxito de esta iniciativa, MacroPrensa comienza a cambiar el juego de
caracteres periódicamente, todos los años, y después todos los
semestres; las viejas Lupas ya no pueden leer los nuevos periódicos y
hace falta renovarlas con grandes gastos cada dos o tres meses. Un
competidor de MacroPrensa ve ahí una gran ocasión para producir una
Minilupa mucho menos costosa que la Lupa Macroprensa, y comienza a
venderla en los kioscos. Pero los kioscos tienen un contrato de
exclusividad con MacroPrensa y rehusan distribuírla. Peor aún,
MacroPrensa demanda al competidor ante la Justicia por violación de
los derechos de autor, pues lo considera culpable de haber analizado
los caracteres klingonianos a fin de construir la Minilupa. Y gana...
...no está muy lejos
Pero qué idiotas, dirá usted, quién puede dejarse hacer eso? Pues
bien, permítame decirle que el mundo de los TecnoCretinos no está muy
lejos. Hace dos años quise presentar a la UE una solicitud de
financiación para la visita de un investigador inglés a nuestro
laboratorio. Para eso busqué el formulario, y me dijeron que la manera
más fácil de proceder era obtenerlo desde el servidor de Web
www.cordis.lu de la comunidad europea, ya que el correo normal podía
tardar algún tiempo considerable. Dí así con un documento que se
llamaba machin.doc y que estaba escrito con Microsoft Word para
Windows versión vaya-usted-a-saber. En Klingoniano. No hay problema,
me dije a mí mismo, tenemos un MacIntosh en el laboratorio con la lupa
Microsoft Word versión 6.0. Esta es de la misma empresa, la más
reciente, luego podré leerlo bien. Cuando pensé esto eran las 10 de la
mañana. Para mi gran sorpresa, Microsoft Word en MacIntosh, después de
una docena de minutos de ``conversión'', bloqueó la máquina y me vi
obligado a apagar y volver a encender, perdiendo mi trabajo. Así
comenzó una verdadera batalla con la Lupa, donde al final salí
vencedor pero agotado a eso de las 19 horas, con una versión del
formulario rellenado, obtenido imprimiendo las páginas una a una y con
manipulaciones complejas en cuyos detalles no entraré. Basta decir que
me entraron muchísimas ganas de llevar esto ante la Justicia, pero sin
muchas esperanzas de ganar. Todo esto por qué? Por un formulario
extremadamente simple con las casillas Nombre, Apellido, etc., que lo
habríamos podido preparar muy fácilmente con un formato de archivo
libre y público, tal como el HTML que se utiliza desde 1991 en la Web.
Han pasado ya dos años y en http://www.cordis.lu nada ha cambiado. El
aspecto es muy atractivo, pero los formularios y la documentación que
contiene información que debe ser libre y gratuita y que son de
importancia vital, están todavía presentados solamente en formato
privado, típicamente Microsoft, e, increíble pero cierto, compatible
solamente con los productos Microsoft para PC.
A causa de esto, nuestro laboratorio pronto comprará un gran PC con
Windows 95 y Microsoft Office, solamente para poder leer los
documentos de la UE. La Lupa Klingoniana avanza. Además, con esta Lupa
el formato de archivos cambia de versión en versión, de tal suerte que
Word 5.0 no puede hacer nada con los archivos de Word 7.0, y peor aún,
el Word 6.0 en Mac tiene problemas para leer archivos de Word para
Windows. Hemos caído en la trampa! No es suficiente con comprar
Microsoft Word una vez; deberemos pagar de nuevo cada versión, sólo
para poder continuar leyendo los archivos nuevos de otros. Y si por
azar habíamos comprado un producto complementario para la versión 5.0,
por ejemplo un diccionario en español, habrá que comprar uno nuevo en
la nueva versión; la vieja será ``incompatible'', aún cuando el
español no haya cambiado entretanto.
Advertirá que se trata de un verdadero y limpio secuestro de nuestra
información: una vez que los datos entran en Word o Money, ya no hay
manera fácil de recuperar todo el trabajo que usted ha hecho para
transferirlo a otro programa si decide no comprar más productos
Microsoft. Se cuidaron muy bien de no suministrar convertidores
eficaces hacia otros formatos[+]. Además intentaron varias veces hacer
que se aprobaran leyes prohibiendo a los competidores la utilización
de sus formatos propios de archivos, o incluso su análisis. Si se
llegaran a aprobar estas leyes, una empresa que venda una Minilupa
convertidora sería culpable de violación de las leyes de derechos de
autor[+]. Pero son nuestros datos los que están en juego. Bienvenidos
al país de los TecnoCretinos!
Prácticas dudosas
Resumiendo la técnica es simple: por un lado se hace caer a los
consumidores en la trampa secuestrando su preciosa información en un
formato propietario, el cual es constantemente ``actualizado''. Debido
a estas modificaciones, los usuarios se ven obligados a comprar cada 6
ó 12 meses una actualización de todas sus aplicaciones, tan sólo para
poder continuar leyendo sus propios datos o acceder a información que
(de manera innecesaria) es suministrada bajo este formato privado. Por
otro lado, se entrampa a los competidores: no se les da la
documentación [del sistema operativo] y se introducen variantes
arbitrarias con la única meta de no permitir que los productos que
ellos desarrollan funcionen correctamente. Es más, si la competencia
llega a descubrir que una de las modificaciones tenía como único fin
el hacer funcionar su producto con menor eficiencia que el producto
equivalente del monopolista, son condenados por haber hecho
``ingeniería al revés'' (reverse engineering), el equivalente
informático a desmontar el motor de un Twingo para ver como está
hecho[+].
Esta última técnica es especialmente poderosa si el editor de software
detenta a la vez el sistema operativo (Windows 95) y las aplicaciones
(MS Word, Excel, etc). En tal caso es técnicamente posible modificar
el sistema para tornar inestables o inutilizables los productos de la
competencia, y a la vez mejorar las prestaciones de sus propios
productos. Es lo que se ha hecho en Windows NT Workstation, limitando
artificialmente a diez los accesos simultáneos a la máquina; esto hace
inutilizable el servidor Web de Netscape sobre NT Workstation (ver
[13] y [14]). Si quiere resolver esto, deberá comprar la versión
Windows NT Server, muchísimo más cara, la cual incluye gratuitamente
un servidor de Web de Microsoft. La treta pone fuera de juego a
Netscape. Esto es simplemente maquiavélico, y aún más cuando
descubrimos que las dos versiones, NT Workstation y NT Server, son
prácticamente idénticas y sólo se diferencian en un puñado de líneas,
tal y como se documenta en [15] y [16].
El resultado final de estas prácticas dudosas es simple: se impide que
el usuario pueda elegir otra cosa que no sea un producto Microsoft.
Junto con la reducción a cero de los costos y de los riesgos, tal cual
como vimos anteriormente, esto permite al monopolio establecer un
verdadero impuesto sobre la información, donde Microsoft es el único
beneficiario. Después de todo, si Bill Gates ha sido recibido con
honores dignos de un Jefe de Estado en el Elíseo, se debe a que se
trata de la visita de la versión ``cyber'' del recaudador de
impuestos. Un impuesto que no tiene nada de virtual: enormes sumas de
dinero salen de la Comunidad Europea cada año en contrapartida por
productos de mala calidad que nos vuelven más y más dependientes de la
mala tecnología del otro lado del Atlántico. Es más, estos productos
se distribuyen en Europa a precios exorbitantes, muy superiores a los
precios americanos o canadienses. No se deje engañar por los que le
dicen que los programas en Europa son más caros porque necesitan ser
traducidos. Si echa un vistazo al servidor Web de Microsoft, se
enterará de que consideran ``ilegal'' (sic) comprar su software en
versión francesa en Canadá (en donde es mucho más barato que aquí)
para utilizarlo en Francia [17]. Y el ``libre'' mercado? Nos ordeñan
como a las vacas lecheras, y la pasividad de los gobiernos europeos,
que comienza a parecerse bastante a la cooperación activa si uno
piensa en http://www.cordis.lu, es absolutamente inexplicable, visto
el tamaño de este verdadero expolio.
Bordeando la ley
Llegamos finalmente a los actos francamente ilegales. Comenzando por
la venta ``vinculada'', que está expresamente prohibiba en Francia
(Libro I, Capítulo II, Section 1 de la Ley del Consumidor, ``Se
prohibe [...] subordinar la venta de un producto [...] a la venta
concurrente de otro [...]''), y también en Europa (ver los artículos
85 y sobre todo el 86 del tratado, así como su aplicación, en la
detallada referencia [18]). Lo que quiere decir esto es que está
prohibido que le obliguen a comprar con el producto que a usted le
interesa otro producto que no quiere. No se prohibe vender ``lotes''
de productos en un supermercado, pero en tal caso usted debe tener la
opción de comprar separadamente cualquier componente del lote, si así
lo desea, sin sobrecosto alguno. Sin embargo, durante mucho tiempo los
grandes vendedores de PCs no le han permitido que comprara una
computadora sin adquirirla con el sistema operativo de Microsoft
(Windows 95 o NT ahora, DOS o Windows 3.x antes). Se puede convencer
personalmente visitando los servidores Web de Dell y Gateway, por
ejemplo. Verá que usted puede ``construir su propia computadora'',
según le dicen, pero nunca suprimir la Lupa Microsoft de dichos
componentes, siendo que los programas (``software'') y el material
electrónico (``hardware'') son dos productos bien diferentes por más
que traten de disimularlo[+]. Al final, acabamos por no saber el
precio real del software. En efecto, haciendo partidas de acuerdos
confidenciales, estos precios son a menudo muy inferiores a los
precios de mercado. Uno de estos acuerdos ha sido condenado hace poco
en los tribunales de la UE como práctica comercial ilegal.
Para que pueda hacerse una idea precisa de la envergadura económica
del asunto, considere el caso de una universidad parisina que compró
15 PC para instalar GNU/Linux hace algunos meses. No se sabe cuánto
pagó el fabricante por Windows 95 pero si nos fiamos de lo que se dice
en [7], el paquete Office PME tiene un precio de venta al público que
es el doble del de Windows 95 y se vende a los mayoristas por poco más
de 600 francos; de lo cual se puede estimar que Windows 95 tiene un
precio mayorista de unos 300 francos. Así pues, aún suponiendo que el
fabricante no tenga margen de ganancia sobre el software (cosa de la
cual dudo, dado que la preinstalación es un servicio que tiene su
costo), esta universidad ha sido obligada a pagar 15 veces 300
francos, es decir 4.500 francos, por un producto que no quería. Dicho
de otra forma, el Estado Francés ha hecho en este caso un regalo de
4.500 francos a Microsoft, una empresa no europea que no está
presisamente al borde de la quiebra ni necesitada de ayudas estatales.
Si se extrapola este caso particular a las compras realizadas por
todas las Universidades de Francia que utilizan GNU/Linux, se trata ya
de millones de francos por año. Habrá que preguntarse quiénes son los
piratas en este caso. No puedo comprender las razones de un
despilfarro semejante cuando se dice que las arcas del estado están
vacías.
[continúa]
. . . .
Víctor R. Ruiz
rvr en idecnet.com