Porque a menudo, el envío de mucha información provoca en el
receptor un rechazo tan grande o mayor que cuando recibe algo,
por usar el término que se le ha dado, "precocinado". Diría que
mayor: normalmente la persona a la que le cae el muerto lo
primero que va a valorar es el tiempo que perderá en procesar
todo eso... con el consabido resultado de hacerlo desaparecer
en alguno de los numerosos y enormosos montones de papeles de
las redacciones.
Por contra, en los medios se está habituado a recibir notas de
prensa de todo tipo de organismo que, muy normalmente, vienen
redactadas ya como una noticia (es decir, "precocinadas").
Muchas de ellas van, por supuesto, a la basura, otras se quedan
en alguno de esos montones que decía antes y, afortunadamente,
otras son recogidas por una persona que resulta ser la correcta
en el momento adecuado. O sea, casi lo mismo...