|     Soy un 
escéptico que anda con tizas por un centro de enseñanza 
secundaria:     Entre escépticos no hace falta decir 
que la mayoría de la gente cree en lo que quiere creer, y que ello es la 
causa principal de tanta paranormalidad. Pero lo que no es algo suficientemente 
presente es que se necesitan profesores que intenten poner algo de su parte al 
respecto, por no decir que algunos incluso inducen en sus alumnos un pensamiento 
completamente primitivo. Lo cierto es que, por propia experiencia, puede ser 
dramático intentar explicar a los alumnos que siempre hay que analizar 
racionalmente lo que leen o escuchan.      Este 
año repartí a alumnos, de entre 14 y 17, años un reportaje 
crítico sobre la feria Magic y aproximadamente la mitad 
de ellos se manifestaron claramente a favor de los curanderos, adivinos y 
demás. Tres argumentos a favor de ellos se enarbolaron. Uno es que hay 
que separar a los curanderos y adivinos honrados de los que no lo 
son. Otro argumento fue que tiene que ser falso lo que uno no 
desea. Y el tercer argumento es que la gente que se deja engañar se lo 
merece por idiota, pues se ha captar quien te engaña. 
     Creo que este tipo de 
pensamientos están presentes no sólo entre los alumnos del 
instituto donde profeso, sino también entre los alumnos del resto de 
institutos de nuestro entorno. Es más, es casi seguro para mí que 
los padres son responsables de transmitirles tales barbaridades. Además, 
para acabar, dichos argumentos preracionales le van como anillo al dedo al 
carácter egocéntrico que afecta a no pocos 
adolescentes. |