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RE: [escepticos] El despertar de la ciencia (laaaaarguillo)
Saludos...
Al hilo del artículo de Toharia que reprodujo José Luis Calvo y de sus
preguntas (no hay dos sin tres... o sea que no era un problema aritmético...
;-))
-del Optimismo
No me cabe duda de que Manolo Toharia es optimista al analizar el panorama
de los museos de ciencia. Tiene razones para serlo, y creo que todos los que
nos dedicamos profesionalmente a ese campo podemos ser, aunque sea de manera
moderada, optimista. En su conjunto, cada año pasan por estos centros
(museos, casas o parques de la ciencia, planetarios...) unos 3-4 millones de
personas. Muchos de ellos tienen cuotas de visitantes que superan a
cualquier otro tipo de museo, y algunos les llegan a ganar a los grandes
clásicos: el Prado, el Thyssen o el Guggy, al menos ponderando visitantes
por metro cuadrado... Por su coste, están entre los centros de cultura
públicos (y privados) menos gravosos, con cuotas de autofinanciación dos
veces superiores a las de los museos clásicos (de colecciones...). O sea,
que tienen éxito y no son caros. (Ahora vendrá Bello y comentará, como
siempre con razón, que menos lobos Tacirupeca, pero permítaseme el
triunfalismo...)
Además, poco a poco, en diferentes lugares de la geografía patria se van
presentando nuevos proyectos, ampliaciones, que auguran un crecimiento en el
número -y en la calidad, algo importante también- de estos equipamientos
culturales.
Finalmente, por brevedad, se comprueba que estos centros tienen una enorme
capacidad de atracción no solamente de público escolar, sino también de
público general, pero además, se convierten fácilmente en centros de
referencia en su entorno en temas de divulgación y comunicación de la
ciencia. O sea, que la gente y los medios nos quieren, qué más se podría
pedir... (jejeee, léase con cierto tono irónico, evidentemente.. que ahora
ando pegándome por conseguir los dineros del presupuesto del año que viene y
la cosa no es tan maravillosa siempre). A lo que me refiero es al papel
llámesele (con perdón) vehiculizador o vehiculizante que tienen estos
centros.
Vamos, que en efecto, el optimismo es posible... Siempre que, como decía
antes, lo moderemos: aún estamos lejos de implantaciones como las de otros
países europeos, no existe aún una política adecuada que ordene el tema de
estos centros, no hay -si es que debiera de haberlo, una cuestión que
tampoco tengo clara, conste- un gran centro nacional como existe en otros
países... Cierto es que muchos de estos centros sobreviven de las migajas de
un dinero público en áreas de cultura/educación que son eso, migajas, que
tampoco implican tanto a las instituciones, o al menos mucho menos de lo que
debieran. Se sigue cayendo en el error de invertir en un centro de ciencia o
planetario sin un adecuado compromiso de futuro para su mantenimiento e
implementación, lo que hace que muchos de estos centros tengan (tengamos)
que ir haciendo maravillas -incluso contabilidades "creativas"- para poder
llegar a fin de mes.
Más aún, no nos engañemos: aunque el mundo es de color de rosa visto desde
las puertas del museo de ciencia, la realidad, que está ahí fuera, es
bastante más hostil: el papel o la labor que se desempeña sigue sin ser
adecuadamente valorada -salvo honrosas excepciones- por los políticos y los
popes de lo que llamamos cultura (que sigue siendo de "letras",
desengañémonos).
Es decir, que si uno pusiera pros y contras, luces y sombras a ambos lados
de la balanza, aunque sigo pensando que sale un saldo positivo, el fiel no
anda del todo estable, demasiado al albur de un cambio político o de
estrategia empresarial. ¿Seguirán las instituciones -públicas o privadas-
apoyando al nivel actual, es decir, el mínimo sostenible, estas iniciativas?
Espero que sí, pero para una consolidación de las ofertas, y para su deseado
crecimiento, hace falta mucho más apoyo, más implicación... y ahí no tengo
tan claro que la cosa sea fácil de conseguirse.
-De la Paradoja
Un tercio de conciudadanos afirma que la Tierra es plana, pero millones de
ellos han pasado o pasan habitualmente por estos centros... ¿cómo se come
algo así? Uno se podría consolar diciendo que los analfabetos lo son porque
PRECISAMENTE aún no han pasado por estas instalaciones culturales. Y en
parte es cierto... (aunque el que muchos de estos ignorantes sean además
cargos públicos, distinguidos personajes de la cosa cultural o personas con
capacidad de gestión de dineros importantes da que pensar... demasiado).
Pero la paradoja es más compleja, y creo que entra dentro de un cambio que
se ha ido produciendo en nuestra sociedad, no de forma única porque es algo
que se percibe en todos los lugares del desarrollado mundo. Se percibe con
las repeticiones de esas encuestas sobre cultura científica donde se
constata el analfabetismo promedio: gente que sigue creyendo que la Tierra
es plana, que el ser humano ha sido contemporáneo de los dinosaurios, que el
universo se creó hace menos de 10.000 años, o que no saben qué es un
electrón o un átomo... por no añadir la incultura geográfica etc etc etc...
Pero por otro lado, en otras encuestas se constata que el público valora
cada vez más la ciencia como algo relevante en sus vidas, o en la vida de
todos, esto es, en la sociedad. Dejando aparte las extrañas (por llamarlas
de algún modo) percepciones del público sobre la ciencia, los científicos y
las instituciones científicotecnológicas, cada vez se valoran más, o se
valoran como algo más importante en el entramado social.
Es decir, la gente sigue siendo ignorante, o peor aún, está errada, en
muchos conceptos básicos del mundo moderno, pero sabe de la importancia (y
la valora) de la ciencia de cara al presente y sobre todo al futuro. Ambas
cosas, por paradójicas que parezcan, funcionan a la vez, provocando, a mi
modo de ver, la situación que planteaba José Luis Calvo.
-De la edad...
Hablo de memoria, lo que no es bueno... En general, aun cuando hay una
distribución por edades de "la incultura científica", el efecto de edad no
es predominante ahora... Me explico: es cierto que sectores de la población
con edades elevadas (los mayores, digamos) vienen de un mundo en el que la
ciencia casi ni siquiera se enseñaba, siendo más incultos que otros que han
tenido más educación (o al menos, educación general obligatoria). Pero el
desconocimiento de conceptos claves de la ciencia existe y en un porcentaje
importante también en la gente que ha sido escolarizada muchos años. Esto
obviamente nos lleva a un tema paralelo al que planteaba anteriormente: el
del papel del sistema educativo -de la enseñanza reglada- en la comunicación
de la ciencia a la sociedad. Sistemáticamente, los estudios que se han ido
realizando muestran cómo la cosa no funciona como debiera. No por propia
negligencia del sistema (aunque algo habrá...) sino por propia incapacidad
de cualquier sistema educativo de poder dar cuenta de un panorama cambiante
y evolucionante como el de la ciencia (suele a este respecto mencionarse eso
de que aproximadamente sólo 1/3 de los conceptos científicos que aparecen en
la prensa diaria se recogen en los curriculos de la enseñanaza obligatoria,
siendo las otras 2/3 partes conceptos nuevos que la gente adquiere -o no- a
través de los medios de comunicación y otros medios alternativos,
precisamente entre ellos los centros de ciencia etc...). Iniciativas
pioneras como el "proyecto 2061" de la AAAS (American Association for the
Advancemente of Science), plantean en los próximos decenios todo un nuevo
syllabus que configuer nuevos currículos para la ciencia, un giro en la
didáctica y la práctica de la enseñanza de las ciencias que, por muchos
proyectos que se vayan haciendo, nos quedan aún -¡ay!- demasiado lejanos...
En fin, perdón por la extensión -excesiva- del mensaje. Espero que mis
aportaciones al asunto puedan servir de algo.
Saludos
javier armentia
Pamplonetario