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RE: [escepticos] Naturaleza de la credulidad (BIS)



    Una vez más estoy de acuerdo con Mercader tanto en este tema como en la
interpretación del comportamiento del hombre desde el punto de vista de un
mamífero más. Lo verdaderamente importante sería descubrir por qué unos
creen en Mahoma o en el agua imantada y otros se resisten a creer cualquier
cosa simplemente porque alguien lo afirme.
    Claro que para llegar ahí tendríamos que descifrar el funcionamiento del
cerebro. Y eso son palabras mayores. No obstante aproximaciones se pueden
hacer observando cómo actuamos. El amigo de Mercader con su adicción
compulsiva  a la mentira o la persona diagnosticada de esquizofrenia
paranoide que conozco  yo, obran sensatamente en todo menos en sus
obsesiones. Es como si hubiera una especie de "cortocircuito" en una serie
de neuronas que les impide obrar de otra forma.
    Mi esquizofrénico resuelve los problemas prácticos de la vida de una
forma asombrosa. Es capaz de sobrevivir con la pensión mínima que le da la
invalidez laboral al mismo tiempo que se desplaza por toda España con una
autocarabana. Eso sí, aprovecha de una forma muy inteligente y eficaz la
cantidad de cosas que deshecha la sociedad de consumo: ropa nueva, zapatos
impecables, toda clase de muebles, mantas,colchones y menaje prácticamente
nuevos, comida sin abrir y protegida (en los colegios), televisores
funcionando, radiocassetes, cocinas, etc. En la autocarabana no falta nada
de nada. Y todo encontrado. Como él no quiere recibir limosna (la pensión),
trabaja 8 horas al día recogiendo la basura que encuentra en los jardines de
la ciudad donde está. Se apunta metódicamente las horas y lleva una
contabilidad muy minuciosa de los ingresos y los gastos. Y, eso sí, los
sábados y domingos descansa.
    Sin embargo cuando se trata de si es o no Jesucristo... más vale que
abandones. Ni argumentos, ni historia, ni contradicciones, no hay nada que
le cambie de opinión. El es Jesucristo y tiene una misión que cumplir y
llegará un día que el Papa "Boitila" (así le llama) vendrá a postrarse a sus
pies.
    ¡Pero ese es un enfermo! (alguien argumentará, quitándose así el
problema con mucha ligereza). ¿Y cuando una persona que también conozco
personalmente (y desde luego considerada muy normal por la sociedad) cree
tener poderes paranormales y fracasa ante un experimento y no se inmunta,
siguiendo en la creencia de sus poderes? ¿En qué se diferencia la firmeza
con la que cree alguien en que Jesucristo es hijo de Dios y la firmeza con
la que cree un esquizofrénico en que Jesucristo es él? Esta especie de
"cortocircuitos cerebrales" se dan en un grado mayor o menor en la mayoría
de las personas: creencias, obsesiones, convencimientos, manías,
supersticiones, etc.. Cuando son muy evidentes los consideramos una
enfermedad y le ponemos nombre.
    Lo que a mí también me intriga es que la credulidad es posible
provocarla. Las sectas lo saben muy bien: adoctrinamiento, separación de la
familia, círculos exclusivos, etc. En otros lenguajes se llama lavado de
cerebro. Coges un niño de 10 años (o una persona adulta), lo separas de la
familia, lo adoctrinas permanentemente y... puede convertirse en un mormón,
un budista, un cura, un testigo de Jehová o un creyente en la venida de los
extraterrestre. Si alguien no le ayuda a romper esos lazos, queda atrapado
en ese conjunto de fe el resto de su vida.
    Tal vez la naturaleza de la credulidad esté en esas "conexiones"
neuronales que se forman a base de educación. Tal vez haya personas que
presentan una mayor facilidad a que se creen y, una vez creadas, a que  no
se rompan. Y en el caso contrario, el escepticismo se desarrollaría en las
personas con mayor facilidad a que se rompieran "conexiones" neuronales
educativas.

-----Original Message-----
De: Francisco Mercader Rubio <fmercader en retemail.es>
Para: escepticos en ccdis.dis.ulpgc.es <escepticos en ccdis.dis.ulpgc.es>
Fecha: viernes 29 de octubre de 1999 23:39
Asunto: [escepticos] Naturaleza de la credulidad (BIS)


Perdonad que le siga dando vueltas a este thread pero es que creo que quedó
incompleto. Sigo creyendo que es el tema central de esta lista, ya que me
parece que no basta con criticar a los crédulos en sus diversas variedades
(religión, pseudociencias, paramedicina...) sino que deberíamos conocer el
porqué de las creencias y cuál es la razón de la asombrosa frecuencia con
que aparecen  en esta curiosa especie que es la nuestra.

Tengo un amigo que padece algo así como una adicción compulsiva  a la
mentira. Pero en este caso no he podido identificar ninguna de las causas
que comúnmente se le atribuyen a esta 'afición'. No parece que tenga que
defenderse de nada ni creo que necesite aparentar ningún status
determinado, ni espera obtener ningún beneficio  ni -según me ha contado-
tuvo una infancia especialmente difícil....miente, al parecer,  sin ninguna
necesidad.  Pero lo significativo del caso es que (me parece) muchas veces
no es consciente de que no está diciendo la verdad; llega a creerse él mismo
sus increibles trolas  por monumentales que aparezcan y  por evidente que
sea lo contrario.
Pienso que, en algunas personas, la fantasía es tan poderosa que se desmanda
de sus prudentes límites y el mismo productor de ella puede perder la noción
de la diferencia entre lo real y lo imaginado.  Esa fantasía puede,
debidamente aprovechada,  generar inmenso beneficio  pues es capaz de
alimentar, por ejemplo, a ese nobilísimo subproducto de la especie humana
que es la Literatura o, en otro contexto, empujar algo tan positivo como el
afán de la investigación, que no es más que anticipar mentalmente lo que
todavía no hemos encontrado.  Sin ese fenómeno errático y aleatorio que es
la imaginación, esta especie se movería con simples instintos invariables
como en un ejército de hormigas.
Pero ¿qué pasa cuando esa imaginación se descontrola, escapando de la
voluntad  de su emisor?   Uno cree ver un ovni en una nube un poco
redondeada... y lo cree firmemente.
Siempre me ha parecido que la división, efectuada en esta lista, entre
crédulos y magufos, entendiendo por lo primero a los que creen de buena fe y
por lo segundo a los que buscan sacar partido de la credulidad de los
primeros,  estaba sacada por los pelos.
Creo que la inmensa, inmensísima mayoría de los crédulos lo son de buena fe
y que no sufren más que una hipertrofia de la cualidad que tantas ventajas
provee a la humanidad en su conjunto: La imaginación. ¿Cómo si no, iba la
gente a creer con tanto empeño en los mil curiosos detalles de cada una de
las pintorescas culturas?  Una serpiente alada bajo del cielo y dejó caer un
huevo que, al romperse,  dejó escapar a siete ardillas que, dirigiéndose a
los siete puntos cardinales, buscaron el árbol sagrado del que emergió el
primer hombre.   O si no, el cuento de la virgen que parió sin dejar de
serlo sólo porque le floreció el bastón a Pepe.   O si no, los chakras
debidamente colocados a pocos centímetros  de nuestro mortal cuerpo y que
han de ser limpiados con regularidad para que no se oxiden   =8-O     ¡Anda
que no hace  falta una buena legión de neuronas patinando!.
La conclusión inevitable de todo esto es que, si fuese cierto que la
credulidad no es más que una fase patológica pero inseparable de la
fantasía,  no tenemos remedio. No podemos cercenar la credulidad porque,
probablemente, nos cargaríamos al mismo tiempo el motor que nos mueve hacia
adelante.
Saludos imaginarios.