Re: [escepticos] presentarme + Sobre sectas

[Héctor Walter Navarro <hwnavarro@...>]

Pedro Luis Gomez Barrondo ha escrito:

>     Resulta curioso comprobar como muchas de las órdenes religiosas
> que integran los estamentos religiosos de la ICAR cumplirían
> perfectamente con la mayoría de los mencionados criterios.

    Justamente la gran divisoria de aguas entre los estudiosos del
fenómeno sectario se da entre aquellos que lo hacen desde
una perspectiva no comprometida con una de las grandes
religiones, caso del inmenso Pepe Rodríguez y por otro lado
aquellos que combaten las sectas con la visión de la ICAR,
caso de vuestro Vidal Manzanares. Cuando la lucha contra
las sectas la realizan estructuras de la misma iglesia les dan
el nombre de apologética y tratan de criticar los presuntos
apartamientos de la "verdadera" interpretación de la Biblia.
    En general los estudiosos del fenómeno sectario se
dividen claramente al considerar el caso del Opus Dei.
Pepe Rodríguez considera que es una secta, en cambio
Vidal Manzanares no.
    Obviamente estoy absolutamente del lado de Pepe Rodríguez.
Sin embargo hay que ver una cuestión. En la iglesia católica
las órdenes religiosas no son para todos los adeptos sino
únicamente para aquellos que tienen una vocación especial.
En cambio en las sectas destructivas todos deben estar en
los "hogares" o "ashrams" de la secta, incluidos los niños
desde su nacimiento.
    No tengo presente a qué edad entran las monjas al
convento, pero creo que ya no se trata de niñas.
Quedaría para discutir la validez de que alguien por una
ideología resuelva destruir su vida ingresando, por ej.,
en una orden de clausura. Pero hay una cuestión de libertad
muy elusiva de por medio.
    Sin embargo es ese tema el que hace que la iglesia católica
mire con desconfianza a los que luchan contra las sectas desde
un punto de vista independiente. Pareciera que al ver que otros
tienen la barba en remojo piensan que les tocará muy pronto el turno.
Extrañamente en nuestra lucha contra los Niños de Dios
hemos recibido mucho mas apoyo de los sectores de
derecha de la iglesia que de los sectores de izquierda.
Hasta se dio el caso en Rosario que los integrantes de
la Asamblea Ecuménica por los Derechos Humanos
les dieron total apoyo a los Niños de Dios. En Buenos
Aires pudimos comprobar que los adventistas les dieron
refugio y comida a los que estaban prófugos.
Un famoso periódico de izquierda argentino, Página 12 y
una revista de esa misma tendencia, Humor Registrado,
fueron los únicos que apoyaron a los Niños de Dios.
Estuve hablando mucho con el principal redactor de
Humor Registrado, Héctor Ruiz Núñez, y me dio a
entender que ellos consideran que el gran enemigo es
la ICAR y que temen que se desate persecución religiosa
contra los grupos minoritarios.

>     La pregunta que me gustaría plantearte es pues la siguiente :
> Dentro de la adjetivación de destructivo que se da a determinados
> cultos religiosos o pseudoreligiosos ¿no cabría pensar en la
> existencia de determinadas presiones por parte de aquellos cultos
> socialmente relevantes/dominantes a la hora de lograr autoexcluirse de
> dichas calificaciones y de meter en ellas a las demás sectas con las
> que entran en competencia?

Tal cual, D. Pedro Luis. Hay que tener en cuenta que los cultos
"socialmente relevantes/dominantes" tuvieron en otra época
características mucho más siniestras que las sectas destructivas
de la actualidad. Entre ellas el reclutamiento forzoso (cuando un
príncipe se convertía obligaba a todos sus súbditos a hacerlo
o la actuación de los sacerdotes de la ICAR respecto a los
indígenas americanos, la cruz y la espada), la asimilación de
pecado con delito, la aniquilación de los infieles y los herejes,
la imposibilidad de abandonar la fe, la rigidez dogmática.
Por algo Pepe Rodríguez considera a la ICAR como la
mayor de las sectas.
Pero en la actualidad sería abusivo decir que es una secta
destructiva, por mas nefastas que sean las consecuencias
de sus creencias. Tal vez el hecho de no ser una secta
destructiva esté en la circunstancia de ser la religión
dominante y por lo tanto no obliga al adepto a entrar
en conflicto con su familia, amigos, trabajo y sociedad.

  > Por ejemplo, ¿que características hacen que la secta Fa Lun Gong
  > pueda ser considerada como destructiva y la ICAR no? ¿no subyacerán en

> dicha catalogación componentes de supervivencia de determinados
> sistemas político-ideológicos que pueden en un momento determinado ver
> como peligra su poder?

Yo estoy siguiendo con atención los avatares de esa secta.
Parece que tienen 70 millones en China y es el único grupo
que se enfrenta abiertamente al Partido Comunista y están
adquiriendo el prestigio cierto de mártires, que seguramente
sabrán explotar políticamente en el momento adecuado.
Yo pienso que en China debe ocurrir algo similar a lo que
ocurre en Cuba, donde todo el mundo está desesperado
por sacarse de encima la dictadura que soportan pero no
encuentran la forma. Me temo que canalicen sus desesperación
a través de esa secta y no sería raro que dentro de unos años
nos encontremos que el país más poblado del mundo está
siendo gobernado por una secta fundamentalista.
Ya ha ocurrido con Afganistán, donde el imperialismo (?)
soviético tuvo el efecto de exacerbar los componentes
más atrasados de ese país, que ahora está en manos de
los talibanes.

>     Bueno, Don Hercor, espero una intervención brillante sobre este
> tema.
>     Gracias.
>
> Saludos escépticos desde Bilbao.-((:¬V))))

Tenía razón de ser escéptico si esperaba una intervención
brillante de mi parte.
                        Héctor W. Navarro
PD1: Me asombra que algunos de la corrala consideren
que es más grave una trompada (que implica una acción)
que un llamado al genocidio (que se queda en la expresión
verbal). Yo me precio de haber dado y recibido trompadas
pero nunca se me ocurriría instar al genocidio y lo consideraría
en otro algo imperdonable y que definiría a esa persona
para siempre como mi enemigo.
Decía Lenin que la idea es la fuerza material más poderosa.
Por suerte en el derecho penal no se tiene el criterio de
los corraleros mencionados. Una trompada puede
constituir algo mucho menos que un delito y ser una
simple falta. (me refiero al derecho argentino)
En cambio el llamado a la discriminación o la apología
del crimen o la instigación a cometer delitos son todos
ellos delitos tipificados por el derecho penal.
Realmente en el derecho argentino ocurre así y estoy
seguro que es de la misma forma en el derecho español.
En todos lados se castiga la tentativa además del delito
consumado. En algunas figuras muy graves hasta se
castigan los actos preparatorios, como por ejemplo
en la falsificación de dinero se castiga el simple hecho
de tener elementos para realizar una falsificación
aunque no se esté proyectando realizarla.
PD2: Bello Diéguez le refriega a Riego Cué una
noticia del día que lo habría amargado. Si se refiere
a la anunciada devolución de Elián a Cuba no creo
que eso amargue a Riego Cué. Por lo menos a mí
me alegra que el niño vuelva con su padre, que es
con quien debe estar. Pero para ser una buena noticia
total, lo ideal habría sido que el padre de Elián hubiera
podido ir a buscar a su hijo a Miami. Pero eso el
gobierno cubano no lo iba a permitir seguramente
porque cabía la posibilidad de que el hombre no
quisiera regresar. En Cuba cuando permiten que
un cubano viaje al exterior, lo hacen solamente
con aquellos que creen estar seguros que van a
volver, pero toman recaudos de hacer que queden
sus familiares directos en la isla. Sin embargo cada
vez más ocurre que las familias prefieren desmembrarse
para que el que pudo escapar ayude con envíos de
dinero a los que quedaron e impida que mueran
de inanición. Recuerden que hubo una epidemia
de ceguera por falta de grasas. Hay gente que hace
años que no come carne. Respecto a las grandes
concentraciones de cubanos que pedían el retorno
de Elian, comprobé in situ que la asistencia a esos
actos es obligatoria y les acarrea graves consecuencias
a los que faltan, como quedar privados de vacaciones.
Pero no carguemos las tintas. Recuerdo que Bello
Diéguez también decía que su puesto estaba en
peligro por razones políticas con el gobierno que
le tocaba soportar.