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[escepticos] Regalito, sobre todo para Ernesto, de ejemplo de despropósito incorregible ;.¬D))))



    Bueno ¡fijaros amigos en la magufada que me he topado!
    Para quien quiera observar la cara del tal Vicente Caballé y un
esquemilla que se dispara os dejo la url original en la que podéis
encontrar el artículo
http://www.ciudadfutura.com/bitacora/homini/homini.htm
    Ernesto creo que este artículo merece un espacio en tu web para
homínidos con sentido del humor porque la verdad es que el chiste es
de los mejores que he leído últimamente.

Saludos escépticos desde Bilbao.-((;.¬D))))
P.Data1: Las faltas de ortografía que podáis encontrar, así como las
lagunas de conocimiento, son totalmente originales del capullo del
autor claro.
P.Data2: Realmente cuando uno lee textos como este es cuando surgen
las dudas acerca de ¿qué demonios es eso del proceso de hominización
que ha sido tan mal repartido? X-DDD
Copyright © La Corrala 1998-2000 Gargantua-Pedro Luis Gomez Barrondo.
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 DUDAS ACERCA DEL PROCESO DE HOMINIZACIÓN DARWINISTA
 por Vicente Caballé.

      El darwinismo supone como hominización, un proceso en el cual el
ser humano a llegado a ser lo que es a partir de un simioide;
otorgando le sus seguidores a esta hipótesis la categoría de dogma
científico, saltándose las muchas dudas e incognitas que suponen esta
aceptación. Es evidente que para llegar al estado humano ha de haber
mediado un proceso de hominización, pero no parece que el mono haya
ido hominizándose paulatinamente hasta llegar a lo que ahora somos.
Voy a comenzar con fuego la exposición de algunas de las dudas que no
resuelve el darwinismo.

     El fuego es en realidad uno de los enigmas más profundos del
hombre. Es considerado como elemento fundamental para el desarrollo de
la civilización, en cambio solo los seres que hubieran logrado un
considerable nivel civilizatorio podrían acceder a su utilización,
control y posterior transmisión cultural a sus descendientes.

     Aquí surge una cuestión trascendental a mi modo de ver ¿Como pudo
el hombre dominar el fuego?. Un ser en estado salvaje no podrá
controlar el fuego, ni descubrir la utilidad de algo que le inspira
temor; jamás se acercará y mucho menos se le ocurrirá pasar un tiempo
relativamente largo frotando ramas secas ó golpeando piedras, en
espera de hacer saltar la chispa; sólo conociendo "a priori" la
utilidad del fuego y como se produce podría intentar su obtención. El
animal que se quema teme al fuego y lo evita en el futuro. Una cosa es
aceptar que un medio mono tomó una brasa encendida e hizo maravillas
con ella, porque es así y porque además es la única manera de que un
simioide cubriera etapas para llegar hasta el ser humano; y otra bien
distinta es aceptar otras posibilidades - fruto de profundas
reflexiones - que muchas veces van en contra de la opinión dominante.

     Observamos en circos que el hombre logra enseñar al simio a
montar en bicicleta, en cambio, si enviamos miles de bicicletas a la
selva y parques naturales de Africa, es difícil suponer que chimpancé
alguno aprenda a montar en bicicleta por si solo. La reacción del
chimpancé ante tal artefacto, podría ser cualquiera - jugar con ella,
colocarla ruedas arriba, saltar encima, rompería,... - pero
seguramente a ninguno se le ocurriría colocarla en una posición sobre
la que no se sostiene por si misma y montarla con éxito, imaginemos
además que se tratase de un objeto que le inspirara temor.

     Sólo un chimpancé adiestrado en un circo ó que mantuviese en el
recuerdo la visión de tal hecho, tendría probabilidades de montar la
bicicleta, a pesar de la gran diferencia entre el firme de la pista
circense y el escenario en que habitualmente se desenvuelven.

     La misma idea me hace dificil imaginar a un homínido simioide
acercarse al fuego - sin un conocimiento previo de su manejo -siendo
improbable que con este temor pudiera encontrarle alguna utilidad. Una
llama, si no se sabe controlar, se apaga rápidamente o en poco tiempo
alcanza proporciones catastróficas. Además podrá observar el fuego,
pero no determinar cómo ha sido producido - en todo caso si lo
generaba la caída de un rayo lo achacaría seguramente a un origen
divino y misterioso -.

     Con todo, le será imposible encender y controlar una hoguera.

     El ser prehumano debió hominizarse en otra época, en otro
ambiente en que el fuego fuese una curiosidad más que una necesidad
para el desarrollo de la civilización. Sólo en un entorno mucho menos
hostil, más benigno y sociable, en el que el hombre disfrutase quizá
de un mayor porte físico que le permitiera un mayor dominio sobre la
naturaleza, de un elevado grado de humedad en la piel que hiciese
menos lesivo y doloroso el contacto accidental con el ruego, la
cercanía a medios acuáticos y una posible alternancia vital con estos
que disminuyera el trágico efecto de los incendios. Sólo entonces se
pudo dominar el fuego y desarrollar las primeras grandes
civilizaciones humanas.

     Partiendo de similares reflexiones llegué a pensar en la
imposibilidad de que un antropoide simiesco descubriera como de una
semilla iba a crecer un árbol que al cabo de unos años daría el fruto
apetecido. Dicen algunos antropólogos que el hombre se hace sedentario
cuando descubre la agricultura, pero es que si no es sedentario no
tiene posibilidad de conocer la agricultura. Si es cazador, su
preocupación será trasladarse continuamente en busca de caza o
situarse en una vía de paso para los animales, concentrando su
atención en el acecho de sus posibles víctimas; si en cambio es
recolector de frutos, su mirada estará en los árboles, no en el suelo;
y si por el contrario, se ha hecho sedentario por estar en una zona
donde tiene abundante caza y gran cantidad de frutos a su alcance,
¿para que necesita entonces la agricultura?. Es más sencillo razonar
los fundamentos de la geometría euclídea y la esfericidad de la
tierra - por poner unos ejemplos - que descubrir la agricultura.

     En cuanto a las posibilidades del hombre de las cavernas, además
del fuego, fabricaba hachas de piedra, trabajaba los metales y
confeccionaba calendarios, lo cual indica notables conocimientos sobre
la resistencia de las rocas que utilizaba, mineralogía y astronomía.
Técnicas, todas ellas, que responden a necesidades en orden superiores
a las de un antropoide surgido de las oscuras profundidades de una
sociedad simiesca. Entonces, ¿cómo pudo el hombre de las cavernas
alcanzar estos conocimientos?.

     Otro detalle interesante en la historia humana, es cómo llegó el
hombre al conocimiento de las plantas medicinales. Las tribus
indígenas dicen haber aprendido de sus antepasados las practicas
curativas que utilizan. Es difícil imaginar a un pitecoide hacer un
"screening" ó búsqueda de plantas al azar para colocárselas ante un
dolor o herida; no solo es difícil imaginar a un antropoide en esta
situación, tampoco los indígenas actuales suelen tomar la primera
planta que encuentran para aliviar su dolor cuando el hechicero de la
tribu es incapaz de aliviar su mal. Este conocimiento parece ser
heredado ó de alguna manera revelado, y no obtenido casualmente ni por
búsqueda al azar.

     Al parecer, otro punto clave en el proceso de hominización fue la
adopción de la postura bípeda vertical que trajo consigo la liberación
de las manos ante la funión locomotora; las manos podían así
especializarse en la fabricación y utilización de instrumentos dando
lugar al origen de la técnica. El desarrollo del cerebro fue posterior
a la adopción de la marcha bípeda.

     En tal caso retrocedamos en el tiempo hasta la Era Mesozoica - ó
Secundaria -, entre la fauna de la época encontramos al numeroso y
variado grupo de los dinosaurios, quienes - dados los últimos estudios
y superada ya la idea de torpes y estúpidos lagartos heredada del
siglo pasado - tenían muchos puntos en común con los mamíferos:
examinando al microscopio electrónico el fémur de estos seres, se vio
que su tejido óseo poseía un excelente riego sanguíneo sólo apreciado
en los mamíferos y nunca en los reptiles; John Ostrom, paleontólogo de
la Universidad de Yale, asegura que, desde el punto de vista
anatómico, la prueba más clara de la endotermia está en la postura
erguido y en la gran distancia entre el corazón y el cerebro de los
dinosaurios; en este sentido, solo un corazón como el de los mamíferos
y las aves, con cuatro cámaras y una completa separación entre la
sangre arterial y la venosa podría permitir la presión suficiente para
bombear la sangre a la cabeza. Como demuestran sus huellas, vivían en
grandes manadas, poseían categorías sociales y disponían incluso de
una especie de asistencia social a las crías, en las manadas, los
adultos mayores se situaban a la cabeza con las crías protegidas en el
centro. La actitud bípeda y la capacidad prensil eran otras de sus
peculiaridades; tenían dedos de tipo articulado, capaces de muy
diversas maniobras y cerebros de gran tamaño.

     De hecho, según el Dr. Dale Russell, del Museo Nacional de
Ciencias Naturales de Ottawa, Canadá, los cerebros de algunas de estas
criaturas eran siete veces mayores que en los reptiles modernos,
además, sus cerebros tenían circunvoluciones, lo que les confería una
mayor superficie total. "En otras palabras" - dice el doctor Russell -
"eran tan inteligentes como el hombre primitivo"; los dinosaurios
poseían un oído muy perfeccionado y también sus dientes habían
evolucionado, pasando de tener simplemente forma de púa - propia de
muchos reptiles, como por ejemplo el cocodrilo actual - a
diferenciarse en incisivos frontales para morder, caninos para
desgarrar y molares de superficie plana para masticar.

     Con estas características incluso podría tomarse en consideración
la, idea de un ser inteligente a partir de la gran diversidad de seres
bípedos de la Era Secundaria, hipótesis que adquiere consistencia
lógica si tenemos en cuenta que los antecesores de aves y mamíferos de
marcha bípeda puede estar entre los saurios de disposición bípeda del
Mesozoico. Esta apreciación se basa en los más elementales principios
físicos; la clave que permite a un animal la posición erecta es un
centro de gravedad situado hacia la mitad posterior del cuerpo y una
fuerte y desarrollada cola, que efectuando contrapeso permita cierto
balanceo al tronco del animal para facilitarle la elevación de la
parte anterior del cuerpo sobre la posterior; esta característica -
propia de muchos seres del Mesozoico - le permite al canguro colocarse
con facilidad en posición bípeda y sin reportarle gran esfuerzo
mantenerla cierto tiempo, pudiendo utilizarla en sus desplazamientos.
Otros mamíferos, aunque pueden adoptar la postura erguida - caso del
oso ó el simio antropoide - les cuesta un mayor esfuerzo que impone
volver a situarse sobre sus cuatro extremidades, disposición esta que
les permite mayor velocidad y agilidad. Las limitaciones biomecánicas
de un cuadrúpedo le impiden la locomoción bípeda.

     Volviendo sobre tiempos geológicos, desde hace aproximadamente
215 millones de años - y durante al menos 150 millones de años - había
ya serios candidatos que reunían las características necesarias para
el desarrollo de la inteligencia. Su estado de posición bípeda junto a
la liberac16n de la mano - fundamentales para el desarrollo del
cerebro y la aparición de la técnica - pudo haber producido superseres
de inteligencia insospechada a lo largo de todo ese periodo de proceso
evolutivo; además la Era Mesozoica está considerada como una especie
de paraíso climático para la vida, lo que facilita el desarrollo de
facultades superiores como la inteligencia y el progreso de los grupos
sociales. Como dato comparativo, al hombre actual, con todo su bagaje
de conocimientos, tanto científicos como tecnológicos, se le
reconocen - al menos oficialmente - unos 3,5 millones de años de
marcha bípeda - intervalo de tiempo ridículo si lo comparamos con los
150 millones de años en que los dinosaurios dominaron la Tierra - . En
este último millón de años el ser humano tuvo que atravesar crudos
períodos glaciares y durísimas condiciones de vida.

     El ser humano es quizá el mamífero menos adaptado a su entorno,
esta deficiencia debió ser suplida - para poder desarrollarse como
especie - por un elevado desarrollo de la inteligencia, lo cual debió
tener lugar mucho antes de que el hombre tuviera que luchar por la
supervivencia contra simios y otras fieras, ante las cuales se hallaba
en clara desventaja en ambientes gélidos y hostiles. El simio
antropoide es un animal anatómica y fisiológicamente mucho más
especializado para sobrevivir en el medio en que se desarrolla, por
tanto su aparición debió ser posterior a la del hombre.

     La postura bípeda pudo desarrollarse en el medio acuático y ser
muy anterior a los 215 millones de años que he fijado anteriormente.
Entre los primeros seres que colonizaron la tierra - procedentes del
hábitat marino - podrían haber seres bípedos y con capacidad prensil
que podrían haber aprovechado la poca ó casi nula competencia que el
nuevo hábitat les ofrecía para su desarrollo.