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RE: [escepticos] Censura en TeleMadrid o meter gasolina en el incendio



Me gustaría expresar mi opinión respecto a la destitución del periodista de
Telemadrid motivada por el reportaje sobre la situación vasca. Y como esta
lista es lo que es, me gustaría empezar con un argumento que considero
puramente lógico: la defensa de la democracia y del estado de derecho ante
sus agresores no puede hacerse con acciones que socavan los valores
primordiales de lo que se pretende defender.

Laminar la libertad de información no es, considero, la manera de combatir a
quienes se caracterizan por su voluntad de silenciar a los que no piensan
como ellos. Lejos de contrarrestar su acción, acabaríamos contribuyendo a su
alocada voluntad de destrucción de la convivencia el libertad. Lo malo es
que cualquier acción antidemocrática surgida desde las instituciones, desde
los defensores de la ley, es infinitamente más destructiva en el terreno de
la vida pública y política que lo que pueda hacer esa banda de asesinos. Que
consta que me refiero al terreno colectivo y político, nunca al personal;
está claro que en este nivel nada es comparable a la agresión física y a la
muerte.

Creo que el combate contra estos violentos no puede llevarse a cabo mediante
limitaciones de las libertades, sino que requiere tomar el camino opuesto:
una profunda autocrítica para mejorar el sistema, para ampliar
permanentemente el ámbito de libertad y tolerancia, nunca para enrarecerlo.
De lo contrario sabríamos quien es agresor, a quien hay que contrarrestar,
pero se olvidaría qué coño estamos defendiendo.

Los defensores de la defenestración argumentan que "no se puede ser neutral
en la lucha contra ETA". Se equivocan en la manera de enfocarlo. No se puede
ser neutral ante absolutamente nada que vulnere las libertades propias del
siempre imperfecto estado de derecho, entre ellas, y muy destacadamente, la
libertad de expresión y de información. Y se debe ser especialmente
militante cunado estas agresiones contra un modelo de sociedad libre lor
protagoniza, justamente, quien posee los más potentes instrumentos para
defenderla o para cargársela: las instituciones y los gobernantes. ¿Debería
haberse ocultado la existencia y las acciones del GAL para no debilitar la
lucha contra ETA?. Si hubiera casos de tortura policial (que no digo que
haya), ¿habría que mirar a otro lado para no desprestigiar las fuerzas del
orden en su lucha contra la violencia, o sería obligación del Estado hacerlo
público y depurar los elementos culpables de vulnerar los derechos humanos y
las leyes del Estado?.¿Era mejor ocultar los casos de "vacas locas" para que
no se crease la alarma exagerada que se ha generado, o era mejor informar de
manera más franca, concisa y fundamantada desde el princio?.

Si el estado de derecho y la democracia son el enfermo y ETA una infección,
no creo que el remedio sea que los médicos se dediquen a debilitar al
paciente mediante abundantes sangrías. Al final, nos cargaríamos al enfermo
entre todos, pero con especial protagonismo de los que deberían haber
ejercido de defensores de su salud.

No conozco el contenido de las declaraciones de Otegi. Pero creo que no
importa en este caso. Si son constitutivas de delito, sus declaraciones
deben ser sometidas a los tribunales de justicia. Si no hay indicios de
vulneración de la ley, entonces no hay que hacer absolutamente nada. Lo que
en ningún caso es admisible es castigar al profesional de la información que
sólo ha cumplido con su trabajo.

Por otro lado, además del derecho de informar está el derecho de ser
informado.La transparencia de la acción pública es indisociable de la
libertad de información. Para que un teleespectador se pueda hacer cargo,
entender la situación de Euskadi lo mejor posible, es obvio que debe tener
acceso a toda la información posible, a escuchar a todos los interlocutores,
por repugnantes que puedan parecer algunas de sus opiniones. Lo contrario
facilita el camino de la manipulación, la fanatización, el sectarismo y la
intolerancia, porque cierra las bases del diálogo. En este sentido, la
destitución es un precendente peligroso. Y que conste que no sé si es el
momento de dialogar con el tal Otegi y los suyos. Estoy hablando en términos
generales.

Josep ha planteado un dilema interesante respecto a la selección de los
invitados a un programa de televisión. Pero creo que no debe preocuparse y
puede regirse por el rigor que le caracteriza. Su problema moral no se
produce en un caso comparable al del de TELEMADRID. Según he entendido, el
programa presentará a los invitados como "expertos" que intentaran
objetivizar la temática de la que se trate. Es responsabilidad de la
televisión que emite el programa que la información que proporciona sea
veraz y contrastada. Por tanto, es obvio que deben poner ante las cámaras
verdaderos y contrastados "expertos" y no a charlatanes, y espero que sea
justamente ése el encargo que han hecho a Josep. Para visualizar la
antítesis de esta responsabilidad en la selección de los que se presentan en
los medios de comunicación como autoridades en la materia, sólo hay que ver
algún día el programa "Signes dels Temps" (programa religioso de la TV
catalana), por ejemplo. Conociendo la trayectoria profesional de Josep,
estoy convencido de que podré ver el programa con el que colabora con toda
tranquilidad y confianza en la credibilidad de las opiniones que viertan los
invitados.