[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]
[escepticos] CatedrÃtico de BiologÃa magufo en La RazÃn
Hola,
ayer aparecià en La RazÃn este "estupendo" artÃculo, firmado por un
catedrÃtico de BiologÃa Molecular. Disfrutadlo. Por cierto, Âes tuyo el
artÃculo de El Correo que intenta rebatir, Luis Alfonso?
---------------------------------------------
La prehistoria y la Biblia
Josà MarÃa Macarulla es catedrÃtico de BiologÃa Molecular
En los medios de informaciÃn general aparecen con cierta frecuencia noticias
que pretenden romper todos los moldes y conceptos clÃsicos. Mediante
artÃculos o reportajes, brillantes y a la vez escandalosos, arremeten contra
todo lo establecido aunque eso tenga una raigambre y autenticidad merecedoras
del mayor respeto. Voy a enumerar tres ejemplos recientes haciendo especial
hincapià en el tercero: son la SÃbana Santa, la hipotÃtica tumba de JesÃs y
la CreaciÃn del Hombre.
Primero: la SÃbana Santa es la pieza arqueolÃgica mÃs intensa y
profundamente estudiada de todo el mundo. Su devenir histÃrico, la textura de
su lino, los granos de polen de su superficie, las huellas de sangre que la
salpican, la figura impresa en ella, junto con otros mil datos perceptibles,
la acreditan, sin lugar a dudas, como el testimonio mÃs fidedigno de la
PasiÃn y Muerte de JesÃs de Nazaret. Tanto es asà que se la suele considerar
como el Sexto Evangelio de la PasiÃn (el Quinto serÃa la ProfecÃa de ElÃas
sobre el Siervo de YavÃ). Pues bien, bastaron los resultados discordantes del
anÃlisis del C-14 para que los racionalistas âen bloqueâ ignorasen todas las
demÃs evidencias y la considerasen Âuna falsificaciÃn medieval Âporque era
algo mÃs radiactiva de lo previsto!
Estudios concienzudos posteriores permiten deducir que la radiactividad que
presenta, junto con otros detalles del propio anÃlisis del C-14 y las
chamuscaduras (de proyecciÃn tridimensional) que grabaron la figura del
crucificado, son pruebas adicionales, no sÃlo de la PasiÃn y Muerte de JesÃs,
sino tambiÃn de su Gloriosa ResurrecciÃn de entre los muertos.
Segundo: Hace unos meses encontraron en JerusalÃn un sarcÃfago en el que
estaba escrito, en hebreo antiguo, Âesta es la tumba de JesÃs, hijo de JosÃÂ.
Sin acordarse de que los dos nombres eran comunes en aquella regiÃn y Ãpoca,
esto les bastà a los enemigos de la Iglesia para negar la resurrecciÃn del
SeÃor y de paso la virginidad de MarÃa. Poco les importaban los incontables
testimonios de lo relatado en los Evangelios, confirmado por la pertinaz
conducta de los miembros del SanedrÃn que jamÃs se atrevieron a negar esa
resurrecciÃn (soborno a los guardias, prohibiciones de mencionar el tema,
etcÃtera).
Pues bien, acaba de demostrarse que la susodicha tumba era una
falsificaciÃn moderna ideada precisamente para combatir y desprestigiar la fe
cristiana.
Tercero: Tengo ante mis ojos un recorte de prensa que contrapone la
Prehistoria al ParaÃso Terrenal, negando, por supuesto, la existencia
histÃrica de AdÃn y Eva (El Correo, 10/07/03). Se aduce para ello el proceso
evolutivo de la hominizaciÃn, iniciado en los Ãltimos 6 millones de aÃos
hasta la apariciÃn de nuestra especie, el Homo sapiens, hace unos 160.000
aÃos. Como biÃlogo, no sÃlo acepto como hecho cientÃfico probado ese proceso
y el que nuestro cuerpo es pariente muy prÃximo del de los demÃs animales, en
especial de los primates, sino que creo en la unidad biolÃgica de todos los
seres vivos, desde las pequeÃÃsimas bate- rÃas hasta las levaduras, las
plantas y los animales superiores. Pero la Biblia, en las narraciones del
GÃnesis, no pretende enseÃarnos Historia Natural y no sÃlo no se opone a los
avances cientÃficos sino que los complementa y justifica, aunque se mueve en
otro Ãmbito. Voy a explicarme con cierto detalle.
En primer lugar, la investigaciÃn aporta datos que el cientÃfico no siempre
tiene derecho a extrapolar. Por ejemplo, la EvoluciÃn de las Especies fue
demostrada a la vez por Darwin y por Wallace. El primero negaba gratuitamente
la existencia del alma humana mientras que el segundo la defendÃa. ÂA cuÃl de
los dos hacen mÃs caso los racionalistas y es el mÃs famoso? Del mismo tenor
fue el caso de los soviets, cuando volà el primer sputnik fuera de la
atmÃsfera y no encontrà a Dios, concluyeron que Dios no existÃa. Ây se
quedaron tan satisfechos!
La BiologÃa no tiene como objetivos demostrar que existe el alma y tampoco
que no existe. Es un problema de fe. Lo cierto es que entre el hombre y el
chimpancà (un pariente mÃs prÃximo a nosotros que a su primo, el gorila) hay
unas diferencias de tipo intelectual (capacidad de pensar, hablar, resolver
problemas nuevos, hacer arte...) que no se explican ni comprenden por las
diferencias que existen entre nuestros respectivos cerebros (en cambio, el
chimpancà y el gorila actÃan de modos muy similares entre sÃ). Cuando alguien
âdesde fuera de la BiologÃaâ nos dice que eso se debe a que nuestro hermano,
el chimpancÃ, carece de alma inmortal y nosotros sà la tenemos, entonces se
explica y entiende todo.
El desarrollo Âintelectual de nuestros antepasados fue muy lento al
principio. Tallaron la piedra para rasgar la piel de los animales y poderlos
comer (nuestros dientes no siempre podÃan acceder a sus carnes) y esto se
transmitià por imitaciÃn. Utilizaron el fuego como defensa, protecciÃn y
calor. Enterraron a sus muertos como medida de higiene (tal como hacen otros
animales). Pero ninguna de esas cosas garantizaba que ya tuviesen alma
inmortal.
En cambio, el hombre de Cro-MagnÃn (H. Sapiens), hace unos 35 mil aÃos,
inicia un despegue cultural espectacular. No sÃlo talla y pule la piedra con
fines utilitarios sino que esculpe figuritas humanas y de animales (capacidad
de generalizar e interpretar la naturaleza). Pone alimentos en las tumbas
para nutrir al que se fue al mÃs allÃ, reparte las funciones y trabajos
dentro de la tribu... La hipÃtesis mÃs verosÃmil es que este hombre acaba de
recibir un alma inmortal.
Paso a la interpretaciÃn filosÃfica que compatibiliza y complementa los
conocimientos cientÃficos y los bÃblicos. Sabemos que Dios crea un alma para
cada ser humano en el momento oportuno (no las fabrica en serie). Cuando dice
en el GÃnesis ÂHagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza obviamente
âcomo Dios es espÃrituâ lo que hace es dotar al hombre de un alma espiritual,
aunque la infunda a un cuerpo perfecto ya fabricado y vivo. Y no tiene
obligaciÃn de elevar a ese plano superior a toda la especie humana entonces
existente, sino que concede este privilegio a una pareja escogida por Ãl: la
formada por AdÃn y Eva. Poco despuÃs dice el GÃnesis que los hijos de Dios
(lo interpreto como los descendientes de AdÃn) encontraron hermosas a las
hijas de los hombres (hermanas biolÃgicas de Eva) y se casaron con ellas.
Dios se enfadÃ, porque el hombre no era mÃs que carne y limità su vida a 120
aÃos... Todos los descendientes de la primera pareja serÃan hijos de AdÃn,
heredarÃan el Pecado Original, y, por decisiÃn divina, poseerÃan un alma
inmortal (esto justificarÃa la tesis de Francisco Ayala en el sentido de que
la Humanidad siempre ha sido numerosa y que, por su variedad genÃtica, no
puede descender Ãnicamente de una sola pareja).
Para comprenderlo bien, yo comparo la CreaciÃn del Hombre con la CreaciÃn
del Pueblo Elegido. VeÃmoslo: Cuando Dios decide la creaciÃn de los hebreos,
no los fabrica ex novo con barro, sino que elige a un mesopotÃmico, Abram, a
quien cambia el nombre âAbrahamâ, y a su esposa Saray âque se llamarà Saraâ,
y les da una misiÃn trascendente: Âdeja a tu padre y a tu madre que te harÃ
padre de un gran puebloÂ. Esta pareja sigue cumpliendo las leyes
mesopotÃmicas (escritas por Hammurabi), por ejemplo, propiciar la
descendencia de la esclava (cuando la mujer es estÃril), el castigo a la
esclava altanera (se deja en manos de la esposa legÃtima), el sacrificio del
hijo primogÃnito, etcÃtera. Pero tienen una misiÃn trascendente que los
diferencia y aisla de los demÃs mesopotÃmicos. De un modo similar pudo ser la
CreaciÃn de la Humanidad, la concesiÃn de una vocaciÃn nueva (la filiaciÃn
divina y el destino trascendente) a una pareja de hombres modernos, iguales a
los que no recibieron esta vocaciÃn (los hijos de los hombres a que alude la
Biblia).
Recordemos que al Pueblo Elegido se incorporaron mujeres totalmente ajenas
a Ãl; sÃlo entre las antecesoras del MesÃas conocemos a Ruth, moabita, Rahab,
meretriz de JericÃ, BetsabÃ, mujer de un hitita, etcÃtera. Lo verdaderamente
importante es aceptar el dogma del Pecado Original, transmitido por
generaciÃn, que heredamos todos los hijos de AdÃn que poblamos la tierra. Las
especies de homÃnidos anteriores que nos precedieron han desaparecido del
planeta.
Si nos fijamos en la CreaciÃn de la Iglesia CatÃlica veremos que se repite
un proceso semejante: un grupo de judÃos, sin dejar de serlo, recibe una
misiÃn trascendente y se forma la Iglesia (siguen rezando en el Templo, van a
la sinagoga, acatan los ritos judaicos... pero van constituyendo una entidad
nueva y diferente a la que se incorporan los gentiles.
Si nuestra Madre, la Santa Iglesia, definiera, en declaraciones futuras,
algo que contradijese a estas mis suposiciones âni quà decir tieneâ me
retractarÃa de mil amores de cuanto hiciese falta, pero, hoy por hoy, todo lo
aquà expuesto muestra la absoluta compatibilidad y complementariedad entre lo
que sabemos por la RevelaciÃn y lo que van descubriendo las Ciencias
profanas.
------------------------------------
Saludos,
David de Cos