Yo acepto lo de 'desmedido'. Se refería José-Luis, probablemente, a que aunque en algunas culturas del primer mundo se aplican atenciones casi humanas a las mascotas, lo habitual es que se considere a los animales como eso: objetos de uso para el trabajo, para la comida o para el adorno. No como objetos con los que se intercambia afecto, lo cual es mirado más bien como una extravagancia o como un signo de poca cordura.
Un saludo afectuoso: José Luis