Re: [escepticos] Efectividad de las maldiciones

[Hercor Walter Navarro <hwnavarro@...>]

Colisteros:
He comprobado por las malas que las maldiciones tienen efectividad.
Lo que son las extrañas coincidencias. Tan profundas como la de
Lincoln y Kennedy respecto a Monroe, Maryland y Marilyn Monroe.
En uno de mis últimos mails hablé de los taxis y remisses "truchos" de
La Habana. Y hace algún tiempo respecto al incentivo que tuvo la
santería por parte del gobierno cubano como alternativa al catolicismo.
Evidentemente me han maldecido concienzudamente y justamente
acabo de volver a mi casa, después de pasar toda la noche preso en
una comisaría, por haber intervenido desafortunadamente en un
enorme conflicto entre taxis legales y remisses "truchos".
    Cornudo y apaleado. Yo defiendo a los remisses "truchos" que
están siendo combatidos por los taxistas habilitados. Se llevaron a
la rastra, por grúas, a tres remiseros defendidos por mí.
    Y a mí me llevaron preso, pese a que mi defensa fue tan comedida
como podréis imaginar.
    No os imagináis cómo andan las cosas en este país. Hay un 16 %
de desocupación (reconocida por el gobierno). La real debe ser
bastante mayor. Una salida desesperada de mucha gente es trabajar
un automóvil (comprado muchas veces con la indemnización cobrada
al ser despedidos de un trabajo) como remisse "trucho".
    Pero eso les quita trabajo a los taxis y remisses habilitados.
    Es la consabida guerra de los pobres contra los pobres.
    El miércoles le trataron de quemar el remisse a un cliente. Anoche
hubo un escándalo descomunal en una avenida, como trescientas personas
a las 3 de la madrugada vociferaban, se insultaban y agredían.
    Las corridas, piedras y forcejeos se extendían por dos cuadras.
    Decenas de taxis y remisses enfrentados.
    De esa salimos mas o menos enteros porque las fuerzas eran parejas.
Al poco rato me llaman de otro punto de la ciudad, casualmente a una
cuadra de mi casa. Aquí perdí como en la guerra. Todavía no sé porqué
los remisseros eran muy pocos y los taxistas una multitud. Por poco me
matan. Recibí insultos tan profusos en referencia a los sectores más
oscuros de mi sexualidad, que realmente extrañé las cariñosas palabras
que han tenido siempre para conmigo Javier Mari y J.M Bello Diéguez.
    Para mi vergüenza estoy saliendo en la televisión como un
delincuente común y no por mis ataques a las pseudociencias y
charlatanerías como fuera en tiempos mejores.
    Encima los taxistas bailaban en la calle, estoy viendo por TV,
festejando mi encarcelamiento y hacían alusiones a mis presuntas
liaissons con los travestis y prostitutas que frecuentan los bizarros
programas a los que soy afecto y vivaban a Maradona y a Coppola
con los que me enemisté por defender a sus oponentes.
    En definitiva. Nunca más criticaré el sistema de taxis y remisses que
hay en Cuba, porque el que hay en la Argentina no es envidiable, como
veréis. Temo además la efectividad de las maldiciones de los santeros
cubanos que estuve investigando en una inacabada indagación
pseudoantropológica.
    No os burléis de mí por que vosotros tenéis algunas supersticiones.
Veo que para muchos de vosotros Franco es innombrable.
Hoy leo en los diarios que el mismo Tony Blair, tan socialista él,
se refirió a Pinochet  como el innombrable en una reunión de su partido.
    Han retornado los brujos. Y para quedarse.

               Héctor Walter Navarro (el mamut de los ríos verdaderos)

PD: Marcela: Necesito un poco de calor humano. Tú como argentina
sabes como se siente uno respecto a este país.
Solamente leer los inteligentes mails de esta lista hace que me sienta
reconfortado con el género humano. Aunque no lo creáis, pese a que
pasé la noche en vela hasta que me pusieron en libertad, apenas llegué
a mi casa, a las once de la mañana, comencé a leer las cartas acumuladas
de esta lista. Y prefiero descargarme con estas palabras antes que irme
a dormir el agotamiento que arrastro.
Si esta no es una declaración de amor hacia todos, si todos, los
integrantes de la lista, no sé que querráis de mi. Solamente el ostracismo.