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[escepticos] Facciones y razón



----- Mensaje original -----
De: Héctor Walter

>(...) he notado entre los históricos una actitud de respuesta
> "en bloque". Si uno de ellos dice una magufada grande como una
> casa o callan o la justifican. (caso Heyerdahl y acupuntura).
> Pareciera más  importante la lealtad que la verdad, el escepticismo
> y la ciencia.

Hola,

Pienso que Hector pone el dedo en la llaga. Y no quiero referirme ahora a
supuestas facciones o desafecciones en nuestro entorno inmediato, (tampoco
lo rehuyo, pero creo que requeriría una aproximación más reposada y menos
visceral) sinó al fenómeno psicológico en sí, visto más en perspectiva.

No hace mucho (28/1/2000), entorno a la polémica sobre un artículo
incendiario de Gustavo Bueno, decia yo a propósito de lo que a mi entender
subyace en los mecanismos psicológicos que alimentan el nacionalismo, : ""La
necesidad de establecer el "nosotros" con relación a "ellos" parece anclada
en lo más profundo de nuestro ser: la familia, la pandilla, el equipo
deportivo, el gremio..."". ¿Qué es lo que hace que este mecanismo sea tan
universal?, y, lo que es más importante, ¿podemos neutralizarlo?.

Todos hemos experimentado de forma más o menos cercana como nuestras
reacciones frente al prójimo se modulan, e incluso cambian radicalmente, en
función de la proximidad física o el conocimiento directo. El ejemplo
paradigmático es el del típico conductor que se transmuta cuando está dentro
de su "concha" y hace cuernos e insulta a diestro y siniestro. La consabida
regla de "netiquette" que nos conmina a no decir por escrito lo que no
diríamos cara a cara, nace de la constatación del mismo mecanismo. Pero el
juego de alianzas, lealtades y rupturas es dinámico. Parece claro que el
primer núcleo del "nosotros" se origina en la proximidad física, (no se
escoge a los hermanos, ni a los primos, ni a los vecinos) pero eventualmente
surgen nuevos "machos dominantes" (la tentación de utilizar el término era
demasiado fuerte ;-)) y se producen crisis de lealtad que desenbocan en
escisiones y nuevos clanes. Los que hasta hace poco eran amigos, no solo
dejan de serlo, sino que se convierten en enemigos, porque compiten de forma
más cercana por los mismos recursos.

Hasta aqui, sociobiología pura y dura. Pero como dice Dawkins, como colofón
de "El gen egoista" (edición del 76): "Somos construidos como máquinas de
genes y educados como máquinas de memes, pero tenemos el poder de rebelarnos
contra nuestros creadores. Nosotros, solo nosotros en la Tierra, podemos
rebelarnos contra la tiranía de los replicadores egoistas".

A mi entender este es el reto; pasar por sobre del automatismo biológico y
utilizar la razón. No tenemos ninguna necesidad de hipotecarla a viejos o
nuevos machos dominantes, con falsas lealtades que a veces más bien son
"sindromes de Estocolmo". Como dice Lerma, que se estila en América, el
mejor signo de lealtad que puede darse a un amigo que va errado es sacarle
de su error. O, añado yo, que él nos saque del nuestro.

Saludos,
Toni