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RE: [escepticos] Yo confieso, a mi manera



Muchos de ellos están muy mal de la cabeza. Por un lado, les han enseñado a ver vicios y pecados en acciones y tendencias absolutamente naturales e inevitables. Les advierten que estas maldades son casi tan omnipresentes como su Dios. A unos tipos que les enseñan a enjabonarse con cuidado y sin mirar según qué partes de su cuerpo es normal que se les crucen los cables y que vean suciedad en todas partes, puesto que siempre llevan su "cruz" encima. Y como hasta la intención, el pensamiento y la imaginación son pecaminosas, es fácil que empiecen a imaginar monstruos lascivos hasta entre los más tiernos infantes; ante la duda, todos los demás son unos esclavos de la lujuria. No tardan en atribuir a los demás sus propios deseos, naturales y gratificantes cuando no hay sentimiento de culpa pero totalmente enfermizos en su caso. El diablo está en todas partes y ellos lo encuentran donde sea; sólo necesitan buscarlo con toda la "fe". Y tanto diablo les produce los naturales calentones. Por este proceso, el sexo que querían destarrar de sus vidas pasa a ser el eje central de su existencia, y se refieren a él constantemente, aunque sea para condenarlo.
 
Otros, en cambio, se desahogan confiando en la posterior confesión. Lo malo es que a veces se aprovechan de su falsa condición de guías espirituales para gozar de los cuerpos de quienes se acercan a ellos en busca de ayuda en momentos críticos; engañan a las personas en un estado más vulnerable. Pero hasta en estos casos tienen la respuesta: siempre es culpa del otro/a, puesto que, obviamente, ellos sólo son víctimas de la tentación.
 
También  recurren a autoaplicarse dolorosos castigos físicos preventivos o expiatorios, y ya me dirás si esto es propio de una persona mentalmente sana (he conocido a alguno que ha empleado el cilicio, y no hace tantos años).
 
Los más sanos simplemente mienten y se pasan por el forro eso de la castidad sin el mínimo remordimiento. Son falsos, pero al menos llevan una vida personal ordenada y equilibrada. Estos son los más peligrosos, porque si cunde su ejemplo igual aumentan las vocaciones :-). Por este mismo motivo, soy un vivo partidario de que mantengan el voto de castidad como condición inevitable para ingresar en la Iglesia.
 
Pepe Rodríguez ha escrito un libro sobre el tema "La vida sexual del clero católico", o algo así. Ahí sí que está bien explicado esto del morbo clerical. Es una lectura realmente instructiva. Creo que este libro debería ser obligatorio en las clases de religión de las escuelas públicas.
 
 
 
----- Original Message -----
Sent: Wednesday, February 07, 2001 4:47 AM
Subject: Re: [escepticos] Yo confieso, a mi manera

Amigo Rossend:
Gracias por compartir tus experiencias religiosas y arreligiosas con los colisteros.
Ahora que lo cuentas, hay que ver el morbo que tenían los curas y las monjas, ¿verdad?