[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]
[escepticos] RE: Tiros por la espalda
Hola nuevamente a todos y a todas, mis mejores deseos para el último año del
milenio, ya que estamos en fechas de desearnos parabienes. Después de unos
días por tierras peninsulares me encuentro con la friolera de más de 600
mensajes en mi buzón, así que no sé cuándo terminaré de leerlos. Pero de los
más recientes me ha llamado la atención estos con el subject "tiros por la
espalda" y me gustaría decir algo al respecto.
Primero un par de precisiones; para mí la tolerancia tiene un límite muy
claro: el respeto por las reglas de juego de la convivencia democrática.
Quienes las transgredan deben encontrarse con una respuesta firme y
contundente, tanto más si el atentado se dirige a las mismas bases
convivenciales. De lo contrario un valor como la tolerancia se convertiría
en la coartada de los intolerantes para que se les permita hacer las mayores
barrabasadas; esto es, se convertiría en un valor sólo para estúpidos.
Por otro lado, creo también que una carta privada debe seguir siéndolo salvo
que proponga la comisión de un delito, y la firmante del texto transcrito no
pensaba cometer un delito, sino un error, como intentaré aclarar más
adelante.
Ahora bien, dicho lo anterior, hay ciertas cosas que me molestan bastante de
este incidente:
Primero: la corrala cuenta con apenas unos doscientos miembros, así que
resulta extremadamente sencillo conocer su opinión sobre cualquier tema. Me
preocupa que sin conocer esa opinión se dirija una propuesta sólo a 34
miembros de la lista para que actúen y nos salven la vida a los demás.
Desconozco los criterios manejados para la elección de esos 34 colisteros o
si la intención era hacer extensiva la propuesta a la totalidad de la lista,
pero por lo sabido hasta ahora la forma de actuar parece una conspiración en
toda regla, con toda la carga antidemocrática que ello supone.
Segundo: si Héctor es o no una persona non grata para esta corrala está aún
por ver. Está clarísimo que lo es para muchos de los que escriben, hasta ha
sido la causa directa de la marcha de varios colisteros, pero, insisto, cada
uno de nosotros tiene completa libertad para no seguir leyendo sus mensajes,
para continuar con líneas de conversación paralelas a las suyas despreciando
el cruce de mensajes, etc. En otras palabras, la presencia de Héctor no
debería impedir la existencia de debates interesantes, porque siempre se
pueden obviar sus intromisiones y continuar como si nada. Así que no me
termino de creer que la inexistencia de debates de calidad se deba sólo a la
presencia de Héctor.
Tercero: como ya dije en una ocasión anterior, mientras no se atente
directamente contra lo que da sentido a la lista (a saber: el cruce de
ideas, conocimientos, datos... desde una perspectiva escéptica), no acepto
tan siquiera que una mayoría decida excluir a uno de sus miembros, porque en
ese caso a quien se castiga de verdad es a la minoría que sí desearía
seguirlo leyendo.
Y cuarto: el método de castigo propuesto me parece más un error que otra
cosa. ¿Qué impediría a Héctor cuando vea la avalancha de mensajes no volver
a abrir esa cuenta, contratar otra (que ahora está muy fácil) y volverse a
suscribir a la lista? Lo único que se habría conseguido es saturar aún más
al servidor de correo.
En resumen, no puedo negar que ante lo leído tengo sentimientos
contradictorios. No me resulta agradable que Merca haya roto la
confidencialidad de un mensaje privado, pero al hacerlo ha revelado una
trama que me disgusta aún mucho más. Comparto la indignación de Merca, más
aún cuando se aprecia en la intencionalidad del mensaje el deseo de que el
"problema Héctor" lo resuelva una pequeña élite, al margen del conocimiento
y la voluntad de los restantes miembros de la lista, y no puedo evitar
cierto regusto amargo por ello. Ante eso, ahí va mi propuesta: la democracia
sólo se fortalece con más democracia, y los métodos antidemocráticos se
superan con más democracia aún. Propongo que la corrala entera, incluso la
mayoría silente, se pronuncie sobre el papel que juega Héctor en esta lista
y también por el grado de reproche que merece el método propuesto en el
mensaje revelado por Merca. Es decir, propongo una consulta universal, por
el sistema que se estime más conveniente, sobre estos dos temas:
a) Si Héctor impide u obstaculiza que la lista cumpla sus objetivos, es
decir el intercambio de ideas escépticas. No vale sólo preguntar si se le
debe expulsar, porque aquí las respuestas podrían mediatizarse por la
opinión que nos merezca la persona y al menos yo no estaría dispuesto a
admitir una decisión mayoritaria sobre base tan endeble, por las razones ya
apuntadas antes; sino si creemos sinceramente que Héctor atenta gravemente
contra los principios que dieron origen a esta lista impidiendo su
ejercicio, único caso en que entendería la toma de medidas contra él. No se
trata de una ordalía ni de un juicio de dios, sino de encontrar
democráticamente respuesta a las denuncias de muchos corraleros, que ya
exigen un posicionamiento claro de toda la lista.
b) La opinión que merece a la corrala el procedimiento revelado por Mercader
para que algunos supriman a un miembro de la lista, tanto en su
planteamiento como en su ejecución. Si es o no correcto y si merece reproche
o no.
Creo que la cosa ha llegado a un extremo tal que a todos nos está haciendo
falta conocer la respuesta a estas dos preguntas, con ellas se nos
aclararían muchas dudas y podríamos seguir hablando, que aún hay mucho que
decir a este respecto.
Venga, un saludo y feliz año nuevamente
José Alonso